ciencia

|

Suscriptores

¿Son seguros los aviones en este momento? Cómo entender las alteraciones en los vuelos

Expertos en seguridad en la aviación explican a los viajeros cómo deberían considerar las perturbaciones cuando sucedan.

Un inspector examina un avión en el Aeropuerto Internacional O’Hare de Chicago, el 11 de septiembre de 2020. (Lucy Hewett/The New York Times).

Un inspector examina un avión en el Aeropuerto Internacional O’Hare de Chicago, el 11 de septiembre de 2020. (Lucy Hewett/The New York Times).

Humo en la cabina. Un neumático reventado. Un parabrisas agrietado. No faltan problemas que puedan afectar un vuelo, lo cual alimenta el nerviosismo de los viajeros y contribuye a miles de retrasos y cancelaciones diarias en todo el mundo.

Sin embargo, a pesar de toda la frustración y sobresaltos que provocan estos sucesos, puede ser difícil interpretar y comprender su gravedad. A continuación, los expertos en seguridad en la aviación les explican a los viajeros cómo deberían considerar las perturbaciones cuando sucedan.

Los problemas ocurren

En semanas recientes, han llegado a los titulares varios incidentes alarmantes en el transporte aéreo: una caída en picada hacia el mar, un bamboleo inquietante que dañó la cola de un avión y un despegue cancelado después de un aparente incendio en el motor.

No obstante, los percances y fallos más comunes, aunque sean espeluznantes, no suelen ser graves, según los expertos.

Por ejemplo, una fuga hidráulica es un suceso familiar que los pilotos se toman en serio, pero no es tan perturbador como parece. Esto se debe a que los aviones tienen sistemas hidráulicos de reserva, los cuales se usan para impulsar equipos como el tren de aterrizaje, los frenos, los alerones y los controles de vuelo, que permiten el despegue, el vuelo y el aterrizaje de los aviones. Un avión que vira con brusquedad en una pista, lo que se conoce como una salida de pista, es un evento del que se puede hacer un video fascinante y una experiencia que puede ser aterradora para los que van a bordo. Sin embargo, no tiene por qué causarle daños importantes al avión ni poner en peligro la seguridad de los pasajeros a bordo.

Pasa lo mismo con la amplia variedad de problemas mecánicos o de mantenimiento que llegan a ocurrir antes del despegue, los cuales pueden obligar a un piloto a dejar un avión en su puerta de embarque o a volver a la puerta después de rodar. Es importante comprender y resolver estos incidentes, pero a menudo son menores, según los expertos.

“Los pilotos dicen: ‘Recibí una capacitación de alto nivel, estudié a fondo este avión, y debemos regresar a la puerta de embarque y hacer que se involucren los expertos debido a una abundancia de precaución’”, comentó Shawn Pruchnicki, un expiloto de aerolínea y profesor adjunto del Centro de Estudios de Aviación de la Universidad Estatal de Ohio. “Eso significa que el sistema funciona a la perfección. Eso es bueno”.

A veces, estos problemas pueden arruinar un vuelo o dejar a un avión fuera de servicio. No obstante, en otros casos, se pueden resolver con rapidez. Y, debido a que los aviones están llenos de sistemas de respaldo, a veces un vuelo con un sistema que no funciona bien puede continuar con seguridad solo dependiendo de uno o más sistemas de reserva.

Volar es una hazaña compleja que desafía la gravedad y se repite miles de veces al día en una gran variedad de condiciones. Por lo tanto, los viajeros no deberían sorprenderse cuando las cosas vayan mal, opinó Amy Pritchett, una pilota y profesora de ingeniería aeroespacial en la Universidad Estatal de Pensilvania.

“Los pequeños componentes siempre empezarán a quemarse o romperse”, comentó. “Siempre habrá baches en el pavimento de la pista de rodaje que empujen algo. Siempre hay dudas sobre si el clima es suficientemente bueno para volar, si puede haber turbulencias o no. Todas estas cosas son fuentes de variabilidad que hay que manejar de modo activo”.

Volar es seguro

Otra cosa que los viajeros deben tener en cuenta es que los problemas graves en los vuelos son muy raros, según los expertos.

Volar es más seguro que conducir un auto o viajar en tren, en parte porque la seguridad está integrada en el diseño de todo, desde el control del tráfico aéreo hasta el propio avión. Los sistemas y procedimientos importantes tienen respaldos, casi nunca hay puntos únicos de fallo, los pilotos reciben una capacitación intensiva y repetida y las aerolíneas se preparan para una gran variedad de posibles resultados.

“Es el medio de transporte más seguro que haya diseñado la humanidad”, aseguró John Cox, un expiloto de líneas aéreas que dirige una consultoría de seguridad. “Cuando sí deberías tener cuidado es de camino al aeropuerto”.

Durante las últimas décadas, las mejoras en la seguridad de la aviación comercial en Estados Unidos se han multiplicado por cuarenta, según un análisis de la seguridad de la aviación comercial que realizaron en 2022 las Academias Nacionales.

Según la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB, en inglés), las causas típicas de los accidentes incluyen las turbulencias, los aterrizajes bruscos, las colisiones en tierra con otros aviones o vehículos y los fallos de componentes, como el mal funcionamiento de un alerón o un motor.

Volar es tan seguro en parte porque en general la industria responde a todos los problemas, incluso a los que representan poca amenaza. En Estados Unidos, las aerolíneas, los fabricantes y las agencias como la Administración Federal de Aviación (FAA, por su sigla en inglés) y la NTSB monitorean y revisan todo el tiempo los riesgos y peligros del transporte aéreo.

“El nivel de los sistemas implementados para monitorear el transporte aéreo comercial de la actualidad es profundo”, afirmó Pritchett. Sin embargo, esto no significa que las personas involucradas puedan dejar de estar alertas al evaluar una posibilidad de peligro, agregó.

Y, aunque según los expertos en algunas ocasiones los viajes se interrumpen, desviar un vuelo de su destino por lo general es un reflejo de una precaución adecuada de los pilotos, las aerolíneas y los controladores de tráfico aéreo, no una emergencia que ponga en peligro la vida. “¿Podríamos continuar hacia nuestro destino?”, cuestionó Kenneth Byrnes, un piloto y profesor titular que dirige el departamento de capacitación de vuelo de la Universidad Aeronáutica Embry-Riddle. “Sí, pero ¿es lo más seguro?”.

La perspectiva es importante

Cuando se produce un percance, es importante tener en cuenta el contexto, señalaron los expertos.

Por ejemplo, un observador casual podría darse cuenta de que muchos problemas parecen afectar a dos tipos de aviones: el Boeing 737 y el Airbus A320. No obstante, estas familias de aviones representan más de la mitad de los aviones comerciales en servicio, por eso es natural que se representen más en la cobertura de noticias.

Los expertos también advirtieron del sesgo de confirmación. Cuando una aerolínea o un fabricante protagonizan un episodio que genera titulares, los medios y el público suelen estar alertas de otros problemas relacionados con la empresa, incluso aquellos que tienen poco que ver con ella o que ni siquiera podrían ser tan importantes como para atraer mucha atención de las agencias de seguridad.

“Cuando pasa algo, se necesita tiempo para descubrir y aprender con exactitud qué ocurrió, y por qué”, comentó Jeff Guzzetti, exinvestigador de accidentes para la FAA y la NTSB. “Eso es algo que no se puede hacer en un ciclo de noticias, ni siquiera en dos”.

La NTSB puede demorar meses y a veces más de un año en realizar las investigaciones que culminen con recomendaciones de seguridad para evitar futuros accidentes.

Después de que un panel del fuselaje se desprendió de un 737 Max durante un vuelo en enero, Boeing fue objeto de un intenso escrutinio y con razón, según los expertos. No obstante, varios expertos también mencionaron que en los meses siguientes recibieron muchas llamadas de periodistas que buscaban comentarios sobre problemas relacionados con aviones Boeing en casos que tenían poco que ver con la empresa.

“Solo porque un avión Boeing tenga un problema mecánico no significa necesariamente que esté relacionado con Boeing”, opinó Pruchnicki.

En el episodio del panel del fuselaje, el avión en esencia era nuevo, por eso la atención se centró en el fabricante. Sin embargo, según los expertos, es probable que el fabricante no tenga la culpa cuando se produce un problema en un avión que fue entregado años antes y que ha volado sin problemas desde entonces.

ESCRITO POR: