Grupos defensores de los inmigrantes y funcionarios afirman que los embaucadores se están dando un festín con el temor de los inmigrantes: desde abogados sin escrúpulos que cobran miles de dólares por tramitar un permiso de residencia o una visa de trabajo que nunca se materializan hasta estafadores que cobran por documentos que se consiguen gratis por internet pasando por personas que alegan ser funcionarios de migración.
US$500 pagó un agricultor inmigrante por un formulario que se consigue gratuito en internet.
“Cuando hay gente preocupada y con miedo, lamentablemente aparecen los que sacan partido”, dice Enrique Morones, fundador y director de la organización de defensa de los derechos de los inmigrantes Border Angels, con sede en San Diego (suroeste).
Morones dice que ha aumentado mucho el número de víctimas de los estafadores desde que Trump firmó en enero un decreto contra los aproximadamente 11 millones de imigrantes ilegales que viven en el país.
“La última vez que asistimos a un gran aumento como este fue en torno a 2006 (cuando se propuso una controvertida ley migratoria) y luego se redujo drásticamente”, dijo. “Ahora ha subido de nuevo (por) la retórica de Trump y el temor que ha creado en la comunidad” .
Abusando de los vulnerables
El decreto es muy laxo y otorga a los agentes federales amplias potestades para aplicar las leyes migratorias; les permite deportar incluso a inmigrantes indocumentados que no han cometido delitos graves.
Defensores de los derechos humanos alegan que están de acuerdo con que se deporte a los delincuentes, pero que el decreto amenaza a casi todos los inmigrantes indocumentados, la mayoría de ellos mexicanos.
Denuncian, como ejemplo, numerosas detenciones en las últimas semanas, incluida la de un padre de cuatro niños, que fue arrestado en Los Ángeles después de dejar a uno de ellos, nacido en Estados Unidos, en la escuela, y la de una mujer en Arizona que vivió en Estados Unidos durante más de dos décadas antes de ser deportada el mes pasado.
Casos como estos han llevado a muchos inmigrantes -algunos sin educación formal o que no hablan inglés- a buscar consejo con personas que dicen ser abogados o cualquiera que les prometa un acceso fácil a la legalización.
Muchos estafadores aparecen en reuniones de inmigrantes en las que distribuyen folletos, ofrecen sus servicios u obtienen nombres y números de teléfono, asegura Morones. Las autoridades han advertido de que algunos incluso dicen que son funcionarios federales de migración.
Un trabajador agrícola mexicano víctima de un abogado corrupto muestra un documento de inmigración por el que pagó US$500 dólares y que ignoraba que estaba disponible gratuitamente en internet.
Otra familia en California denunció la semana pasada que había sido estafada en US$5 mil por un falso abogado que les aseguró que estaban en condiciones de obtener los permisos de residencia y luego desapareció. “Confiaron en él, les tomaron las huellas digitales e hicieron todo lo que les pidió el abogado y luego desapareció”, aseguró Morones.
Centros de defensa de inmigrantes
Las autoridades en Chicago, Nueva York y otras ciudades han difundido advertencias contra aquellos que se aprovechan de la población inmigrante y anunciaron varias detenciones y condenas.
“Aprovecharse de los más vulnerable es algo condenable”, dijo el mes pasado el fiscal general de California, Xavier Becerra, después de la condena de una pareja que estafó a inmigrantes.
US$5 mil pagó en California una familia a un falso abogado que luego desapareció.
“La sentencia de hoy es un mensaje para otros que estén pensando en cometer ese tipo de delitos, y hace saber a las familias de trabajadores inmigrantes que nuestra oficina las respalda”.
Los 50 consulados mexicanos que existen en Estados Unidos han creado centros de defensa de los migrantes para asesorar y ayudar a sus ciudadanos.
“Estamos alertando a la comunidad (…), que reciban información apropiada, que vengan al consulado y se asesoren”, dice Marcela Celorio, cónsul general de México para el área de San Diego, donde se estima que hay unos 120 mil inmigrantes mexicanos sin papeles.
Morones dice que sus consejos a la comunidad son de simple sentido común: “asegúrense de que están hablando con alguien en el que pueden confiar, obtengan referencias, estén seguros de que tiene una oficina”, señala.