Kosaka Kumiko, una monja católica de origen japonés. Emigrada con su familia a Argentina en 1977, según la investigación había trabajado en el Instituto Antonio Próvolo entre los años 2007 y 2013.
Adquirió los hábitos en el 2000. En Argentina trabajó para varias instituciones religiosas.
Kumiko vivió en el instituto hasta el 2013. No pertenecía a la congregación del centro educativo sino que formaba parte de otra congregación, llamada Nuestra Señora del Huerto.
Era una de las encargadas de cuidar a los estudiantes, fuera del horario de clases. De hecho, en ningún momento ejercía funciones docentes.
Los padres de Kumiko fallecieron, la monja dijo a un juez que tiene tres hermanos más que viven en España, Japón y Argentina.
La monja mala, como ahora se le conoce a Kumiko, terminó implicada luego que una joven, que ahora tiene 17 años, “señaló en su testimonio, en lenguaje de señas, a una monja con 'rasgos achinados en el ojo'”. y afirmó que la propia Kosaka era la encargada de ponerle los pañales a ella y a otros niños abusados para intentar de esa forma disimular los sangrados.
“Yo no les creo a las víctimas porque en Mendoza hay un boom de denuncias a monjas y sacerdotes, es una moda”, indicó Kumiko en la audiencia de primera declaración.
“Era tan siniestra que esta mujer era la encargada de seleccionar y “entregar” a los alumnos más débiles a esos curas para que cometieran los abusos”, describió uno de los abogados de las víctimas.
Las víctimas revelaron el mal carácter Kumiko, de gritos y maltratos físicos. Hablan de cómo la religiosa “participó en tocamientos a niñas, les pidió que se tocaran entre ellas y vio pornografía” junto al celador del Instituto.
Durante seis años, Kumiko desarrolló un papel fundamental en la serie de abusos sexuales orquestada por los sacerdotes, según los testigos. Fue “el demonio con cara de mujer” detrás de decenas de violaciones, según manifestaron los abogados.
Los religiosos acusados y detenidos son, Nicola Corradi, de 82 años y Horacio Corbacho, 56. También, José Luis Ojeda 50; Jorge Bordón 50 y Armando Gómez, 46 exadministradores del instituto.