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Escenario incierto: La reveladora confesión de Biden a un aliado sobre su continuidad en la contienda

El presidente, según un aliado que está profundamente comprometido con su lucha por la reelección, comprende que sus próximas apariciones antes del fin de semana feriado tienen que ser muy buenas.

Joe Biden, presidente de EE. UU., está consciente de sus poco desempeño en el debate presidencial contra Trump. (Foto Prensa Libre: AFP)

Joe Biden, presidente de EE. UU., está consciente de sus poco desempeño en el debate presidencial contra Trump. (Foto Prensa Libre: AFP)

El presidente Joe Biden le dijo a un aliado clave que está consciente de que no podrá rescatar su candidatura si no logra convencer al público en los próximos días de que puede ocupar el cargo luego de una actuación desastrosa en el debate de la semana pasada.

El presidente, que según enfatizó este aliado aún está profundamente comprometido con su lucha por la reelección, comprende que sus próximas apariciones antes del fin de semana feriado tienen que ser muy buenas, sobre todo una entrevista programada para el viernes con George Stephanopoulos de ABC News y las paradas de su campaña en Pensilvania y Wisconsin.

“El presidente sabe que dos eventos más así lo pondrán en una posición diferente” para cuando acabe el fin de semana, comentó el aliado, en referencia al discurso vacilante y disperso de Biden en el debate. La persona, quien habló con el presidente en las últimas 24 horas, solicitó permanecer en el anonimato para hablar de esta situación delicada.

Andrew Bates, portavoz de la Casa Blanca, afirmó que el informe era “absolutamente falso” y que no se le había dado suficiente tiempo a la Casa Blanca para responder.

Esta conversación es el primer indicio que se ha dado a conocer de que el presidente está considerando seriamente si puede o no recuperarse de su pésima actuación del jueves en el escenario del debate en Atlanta. Las preocupaciones en torno a su viabilidad como candidato son cada vez mayores, así como los cuestionamientos de si podrá desempeñar las funciones de la presidencia durante otros cuatro años.

Ayer, varios de sus aliados enfatizaron que Biden todavía quería luchar para mantener el control de su candidatura, aunque los vientos en contra de su partido fueran cada vez más fuertes.

Un alto asesor de Biden, quien habló con la condición de mantener su anonimato para comentar la situación, dijo que el presidente estaba “muy consciente del reto político que enfrenta”. El miércoles, esa persona agregó que Biden estaba consciente de que el resultado de su campaña podría ser distinto al que tiene planeado, pero que está convencido de que es un líder eficaz con agudeza mental y “no entiende por qué otros no lo aceptan”. Biden sigue firme en la creencia de que su desempeño en el debate fue solo un mal momento y no un evento de revelación.

Ayer, los funcionarios de su campaña estuvieron nerviosos esperando los resultados de una nueva encuesta, y reconocieron que las cifras negativas podrían echar más leña al fuego. Una encuesta de CBS News publicada por la mañana mostró que, desde el debate, el expresidente Donald Trump le lleva la delantera a Biden con el 50 por ciento frente a un 48 por ciento a nivel nacional, y el 51 por ciento frente a un 48 por ciento en estados disputados.

Biden ha tardado en ponerse en contacto directo con demócratas clave, lo cual ha generado más enojo en el partido y ha frustrado a algunos de sus propios asesores. El martes por la noche, cinco días antes del debate, solo llamó a Hakeem Jeffries, representante de Nueva York y líder del caucus demócrata en la Cámara de Representantes, y el miércoles en la mañana, habló por primera vez con Chuck Schumer, senador de Nueva York y líder de la mayoría en el Senado.

Hasta el martes, aún no había hablado con Nancy Pelosi, representante de California y expresidenta de la Cámara de Representantes, además de que donadores muy importantes expresaron su exasperación de que el presidente no se hubiera conectado a una llamada de campaña el lunes, cuyo objetivo era tranquilizarlo.

Ayer, los líderes demócratas en la Cámara de Representantes y el Senado no incitaron a sus miembros a respaldar a Biden, sino que prestaron oídos a una infinidad de quejas de todos los rincones del partido, desde los centristas hasta los progresistas.

El mensaje de los líderes fue que los miembros del partido debían sentirse con toda libertad de asumir la postura sobre la candidatura de Biden que más favoreciera a sus distritos. Los integrantes del equipo de Biden —entre ellos Steve Ricchetti y Shuwanza Goff— estuvieron atendiendo llamadas, en un intento de contener el descontento creciente.

El dilema que enfrentan los demócratas quedó ilustrado en el comportamiento de Joe Manchin, senador por Virginia Occidental y demócrata de larga data que hace poco abandonó el partido. El senador se sintió tan desilusionado con la actuación de Biden en el debate que les pidió a sus asistentes que le programaran varias entrevistas el domingo para despotricar en contra del estado de la campaña.

Manchin también estaba furioso porque llamó a demócratas de muy alto perfil que no le devolvieron la llamada. A fin de cuentas, Chris Coons, senador demócrata por Delaware, Schumer y otros demócratas intervinieron y Manchin canceló sus apariciones en televisión. Otros legisladores que se han mostrado abiertos a la idea de remplazar a Biden han recibido llamadas de su equipo de campaña que les piden más tiempo para retomar el rumbo.

El presidente tenía programado un almuerzo ayer con la vicepresidenta Kamala Harris y una reunión con gobernadores demócratas por la tarde en la Casa Blanca. Hasta ahora, se ha concentrado más en hablar con sus asesores y familiares de confianza, quienes lo han motivado a permanecer en la contienda.

Varios aliados de Biden han hecho hincapié en que el mandatario sigue comprometido con la lucha más importante de su trayectoria política y, en gran medida, ve este momento como una oportunidad para hacer un regreso triunfal luego de ser menospreciado, tal como lo ha hecho muchas veces a lo largo de sus cincuenta años de carrera.

Al mismo tiempo, estos aliados comentaron que el presidente tiene bien claro que le espera una ardua batalla para convencer a los votantes, donadores y la clase política de que su desempeño en el debate fue una anomalía.

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En días recientes, algunos de los asesores de Biden se han mostrado cada vez más pesimistas, ya que el malestar en el partido no ha hecho más que aumentar, un reflejo de la insatisfacción no solo con la actuación del debate sino cómo se manejó después.

Los demócratas han quedado desconcertados de que el presidente confíe en los consejos de su hijo, Hunter Biden, quien fue declarado culpable el mes pasado de delitos relacionados con posesión de armas procedentes de la época en que consumía cocaína en crack, más que en los de los dirigentes principales del partido.

Han reaccionado con enojo a los ataques que han recibido otros colegas demócratas, a quienes el equipo de campaña apodó el “escuadrón de cobardes”, por expresar su preocupación sobre la capacidad de Joe Biden para vencer a Trump. Además, cada vez crecen más las sospechas entre algunos demócratas de que el personal del presidente no ha sido del todo honesto sobre el impacto que el envejecimiento ha tenido en el mandatario.

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