Estuvo con ellas compartiendo un momento, pero otro asunto pendiente la obligó a despedirse. Ella estaba emocionada porque hoy recibiría la posada en su casa, entonces decidió ir al mercado para comprar unas rosas las cuales le servirían para adornar hoy su casa, pero mañana las llevaría al Santuario de la Virgen de Guadalupe por conmemorarse su día.
En el mercado encontró las rosas perfectas para la ofrenda, unas amarillas con bordes rojos, otras color melón y algunas blancas, las cuales se encontraban como botones, pero que seguramente se extenderían en el altar donde las colocaría.
Al regresar y con las rosas en manos ocurrió algo que cambió sus planes. García habría tropezado y caído, infortunadamente al mismo tiempo un bus de las rutas josefinas, supuestamente a excesiva velocidad, paso por el lugar y la arrolló.
El cadáver de García quedó tendido sobre el pavimento en la 1 avenida y 4ª calle de la zona 3 de San José Pinula, y las rosas esparcidas por la calle.