Ayer, el exgobernante arribó a su finca, en Santa Cruz, Río Hondo, Zacapa. Unos 200 vecinos le dieron la bienvenida afuera del inmueble.
Luego de afirmar que apoyará la candidatura de Morataya como legisladora, Portillo dijo que planeaba disfrutar del ambiente zacapaneco con su hija Gabriela.
“Espero que —Portillo— influya en estas elecciones para tener un presidente que trabaje por nosotros los pobres”, comentó Andreina García, simpatizante del exgobernante.
Hoy, Portillo se presentará al parque central de Zacapa, para apreciar una estatua erigida en su honor.
El miércoles 25 de febrero, Portillo salió de la prisión de Denver, Colorado, Estados Unidos y por la noche arribó a Guatemala donde lo esperaban familiares y amigos. Vestido con saco negro y camisa morada, el exgobernante lució tranquilo, acompañado de su hija y de Evelyn Morataya, exesposa.
“Después de lo que he vivido soy mejor persona. No vengo justificándome, sino diciendo: Me equivoqué”, indicó.
Después de recordar que estuvo mucho tiempo alejado de su familia, el exmandatario reconoció que cometió un error. “Vengo como el hijo pródigo”, dijo y después agregó: “Jesús no vino por los santos, sino por los pecadores; entonces vino por mí”, manifestó.
Aprovechó para hacer un análisis de la realidad guatemalteca y enfatizó: “El país no puede seguir con el mismo sistema jurídico y de justicia. Las instituciones ya no funcionan porque las hemos desnaturalizado“.
Cuando se le consultó sobre si optará a un cargo público en las próximas elecciones generales, Portillo aseguró que no desea ser diputado, alcalde de Zacapa o presidente de la República. “No soy un hombre que tiene varita mágica o que puede decidir por el futuro del país”, indicó.
“Este apoyo que tengo, debe tener un cauce, un propósito”, aclaró.