El pasado viernes, vecinos de Quetzaltenango que viven en la ribera del río denunciaron que las aguas tenían color rojo.
“Ese escándalo de color rojo provocó preocupación, particularmente en las personas que son radicalmente religiosas, porque pensaron que venía una maldición parecida a la del río Nilo —relatada en la Biblia—”, precisó Sydney Samuels, ministro de Ambiente.
Establecen origen
El funcionario explicó que luego de recibir las denuncias se hizo un recorrido por las orillas del río Samalá.
“Había varias tintorerías artesanales a nivel familiar que estaban depositando no solo las aguas residuales con tintes, sino también con desechos químicos peligrosos para la biodiversidad del río”, aseveró el funcionario.
Samuels indicó que al menos cinco empresas familiares se lograron localizar entre el viernes y el sábado último. “Recuerdo el nombre de tres de ellas: está la fábrica Cantel, la tintorería Otoniel y Representaciones Persa”, dijo Samuels.
El funcionario agregó que se logró establecer que estas pequeñas empresas “no tenían estudio de impacto ambiental” y como primera medida se les requirió un diagnóstico de impacto.
Agregó que al no tener un instrumento ambiental, estas pequeñas empresas ya tienen una sanción. “La multa que generalmente se aplica cuando no se tiene instrumento ambiental es de Q25 mil, pero estaremos viendo este tema”, aseguró.
Samuels agregó que procederán a denunciar a estas empresas y que la contaminación afectó de manera severa la biodiversidad del cuerpo de agua.
Aura Marina López, fiscal de Delitos contra el Ambiente del MP, afirmó que luego de la denuncia se comisionó a un equipo de expertos del Marn, la Policía y la Fiscalía Distrital de Quetzaltenango para documentar la toma de muestras.
Este proceso de recolección de datos se efectuó el viernes, y el sábado acompañó al equipo un delegado de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH). “En un principio se pensó que era la fábrica Cantel, pero se determinó que no, porque su planta estaba detenida en ese momento. Se detectó que la contaminación proviene de los textileros informales del área”, señaló la fiscal.
López indicó que la inspección de campo logró precisar que los pequeños textileros, “cuando tiñen sus telas, desfogan el agua en sus drenajes, pero estos van a dar al río”.
En este momento se esperan los estudios que el Ministerio de Salud practica a las muestras que fueron recopiladas en el recorrido, para determinar la culpabilidad.
Se estableció que es común que estas familias lancen sus desechos crudos al afluente, pero aún no se precisa el número total de personas que contaminan, por lo que el MP no descarta que puedan ser más de cinco textileros.
Algo que complica la investigación es que los pobladores desfogan sus aguas servidas a los drenajes, pero al final es uno solo y desemboca en el río.
López explicó que si se logra probar el delito de contaminación, habría que determinar si es doloso o culposo, y dependiendo de eso podría acarrear penas de entre dos a 10 años de cárcel a quien resulte responsable, aunque el proceso de investigación puede durar varios meses.
Alerta
David de León, vocero de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres, sugirió a las personas que residen a la orilla del río que eviten consumir el agua ya que puede causar enfermedades.
María Isabel Méndez, defensora del Medio Ambiente de la PDH, exhortó a la población a evitar la contaminación de los recursos naturales.
Cantel se desliga
Rodolfo Neutze, representante de la fábrica Cantel, afirmó: “Cuando el río sufrió la coloración roja, la empresa no realizaba ningún proceso de teñido y lo determinó la Policía y los fiscales”. Neutze indicó que existen unos drenajes del pueblo “que pasan por debajo de la fábrica y desembocan en el río”, y que entre los planes de esa firma está apoyar a la Municipalidad con el desvío del alcantarillado, para que se implemente una planta de tratamiento.
La Unidad de Comunicación del Marn dijo que no tenían los contactos de las empresas señaladas por Samuels, y aunque se buscó la información por otros medios, no fue posible ubicar otras textileras.