Al escribir sobre la economía guatemalteca resulta comparativamente fácil tratar de los principales productos de exportación —el café y el banano—, porque ellos han llamado mucho la atención, tanto en Guatemala como en el exterior, y porque se han compilado estadísticas bastante exactas sobre el comercio exterior de esos renglones.
Mucho más difícil resulta tratar de los artículos que se levantan para consumo interno, en particular cuando una parte substancial de ellos la consumen directamente los productores y sus familias. Sin embargo, no puede negarse la importancia de semejante producción.
Por esa razón, cuando Chester L. Jones, de la Universidad de Wisconsin, recogía materiales en la cuarta década del siglo XX para su excelente libro sobre Guatemala, se esforzó especialmente en compilar información estadística y otros datos significativos acerca de los artículos alimenticios producidos para consumo interno.
Los resultados de su investigación sobre este tema están contenidos en el capítulo Alimentos de Subsistencia, de su libro Guatemala: Past and Present (1940)…
Los observadores extranjeros de Guatemala han quedado unánimemente impresionados por el hecho de que más de las tres cuartas partes de la población son indígenas. Puede haber desacuerdo entre los escritores respecto al grado en que la población indígena ha sido incorporada a la vida comercial del país; pero no puede haber desacuerdo acerca de la necesidad de elevar el nivel de su productividad económica, como medio de mejorar su patrón de vida.
Las actividades del gobierno guatemalteco para mejorar el transporte y las comunicaciones, la salud, las condiciones alimenticias y la educación están todas encaminadas al bienestar; pero ellas no bastan. A la larga, los pueblos indígenas de Guatemala solo serán capaces de alcanzar y mantener patrones de vida más altos, mejorando su eficiencia económica.
Santiago Chimaltenango, Huehuetenango
En este sentido, los escritos de muchos antropólogos son relevantes para la comprensión de la economía guatemalteca. El profesor Charles Wagley ha dado una contribución especialmente útil al respecto en su obra Santiago Chimaltenango, estudio antropológico-social de una comunidad indígena de Huehuetenango, publicada por el Seminario de Integración Social Guatemalteca, Volumen IV, Tipografía Nacional, 1957.
Las observaciones de Wagley contenidas en esos extractos son provechosas para la comprensión de los patrones de consumo, los hábitos de gastar y los motivos para acumular riqueza en forma de tierra.
Comparado con otros municipios, Santiago Chimaltenango es rico en tierras y la mayoría de su gente trabaja por jornal solamente para completar sus ingresos.
No obstante, a causa de la distribución desigual de la tierra y debido a que no se produce maíz suficiente para contar con excesos destinados al intercambio comercial, muchos chimaltecos deben trabajar fuera de su pueblo, a fin de obtener ingresos sustanciales en efectivo. Es lo que logran en las fincas cafetaleras.
“La temporada anual de las plantaciones —escribe Wagley— se ha vuelto una parte necesaria de su vida económica moderna”.
Clima, topografía y Suelo
En vista de que la agricultura ha sido por mucho tiempo la ocupación principal del pueblo guatemalteco y dado que esta situación parece que continuará indefinidamente en el futuro, tiene importancia incluir en este volumen un análisis de los recursos agrícolas de Guatemala, o sea lo concerniente a clima, topografía y suelo. Tal estudio fue publicado por E.C. Higbee en The Geographical Review en 1947, dando una reseña sistemática de las principales regiones agrícolas del país…